sábado, 4 de julio de 2009

Un beso entre mis piernas, y de ahí tus ojos.
¿Sabes lo que ocurre?
Que de repente te echo de menos.

Y te quiero.

Sobre todo te quiero.

Y (¡oh, que sorpresa!)
me veo en esta situación,
y no sé qué hacer.

Libertad. Nosotros somos libertad.
A veces con miedo,
y con sexo.
Con mucho sexo.

Y (¡vaya!), resulta que quieres escribirme una poesía,
lleno de amor,
sin palabras.
Mis preferidas ¿sabes?


Ya no sólo me gustas.
¿Qué te parece la idea?
A mí (a veces) fantástica.

Y aquí me ves,
tú en mi cama, y yo escribiéndote.
Creo que te estoy escribiendo.
Y una de dos:
me como al mundo, o a ti.

Y ahora mismo me apetece ambas.
Pero esta noche no.
Esta noche sólo tú.
Tú y tu mirada.



jueves, 2 de julio de 2009

Carnavales.

Paseos.
Con una copa de más,
cervezas para dos,
nosotros.
Una cama,
tú buscando besos,
yo encontrando los tuyos,
y así sucesivamente.
A veces viceversa,
pero sólo a veces.

Te tengo que llevar a un lugar
con vistas al mar.
Me sonríes. Te beso. Me besas.
Me vuelves a sonreír.
Siempre desde la izquierda.


Y yo mientras tanto, te hago el amor con la mirada.
Hasta el mar hace que te haga el amor
¿no es fantástico?
Y me quedo atónita de pensar que eres algo más,

¡odio los amaneceres sin ti!


¿te imaginas ya a dónde quiero llevarte?

No importa,
son días.
Son días para mirarte,
y morirme de amor.
Y no importa el lugar,
en el cuarto de baño,
en un sofá,
o delante de tu portal,
si lo que hago, lo hago contigo.

Te echaré de menos.
Bonito.
Todo es bonito.
Tú eres bonito.
Que cojones, nosotros.
Nosotros somos. Somos bonitos.

Que jodido,
pensar que de aquí a la siguiente esquina te me vas.
Y es que, es todo tan difícil.
El problema es que me faltan días.
Me faltan días para hacerte el amor.

¿Sabes? Me haces feliz.
Tómatelo como quieras.
Yo mientras te invito a un par de cervezas,
tal vez tres.
De por medio, cafés y líneas.