¿Sabes lo que ocurre?
Que de repente te echo de menos.
Y te quiero.
Sobre todo te quiero.
Y (¡oh, que sorpresa!)
me veo en esta situación,
y no sé qué hacer.
Libertad. Nosotros somos libertad.
A veces con miedo,
y con sexo.
Con mucho sexo.
Y (¡vaya!), resulta que quieres escribirme una poesía,
lleno de amor,
sin palabras.
Mis preferidas ¿sabes?
Ya no sólo me gustas.
¿Qué te parece la idea?
A mí (a veces) fantástica.
Y aquí me ves,
tú en mi cama, y yo escribiéndote.
Creo que te estoy escribiendo.
Y una de dos:
me como al mundo, o a ti.
Y ahora mismo me apetece ambas.
Pero esta noche no.
Esta noche sólo tú.
Tú y tu mirada.