jueves, 27 de agosto de 2009

Te ronco despacito.

Me dejó una sonrisa.
Con calentones en los portales.
Y sin quererlo nos quisimos,
nos hicimos el amor.
Así, comoquiénnoquierelacosa.

domingo, 23 de agosto de 2009

A veces la vida se me vuelve del revés.
Se me riza.
Se congela otras tantas.
Y de repente, tiene ese color de mis sábanas.
Un poco más tirando a caoba.
Y sin que te des cuenta, mi vida detrás de tus orejas.
Pero tú siempre te das cuenta de todo,
lo que ocurre es que no dejas verlo.
Y así es un poco más difícil.
Luego, sin quererlo o queriendo, no lo sé, lo sacas.
Poco a poco.
Y mi sonrisa en tu boca.
Que para perseguir a lo difícil, ya persigo a la vida.

¡Oh! casualmente tú eres vida.

Y a mí me encanta lo difícil.
Cuéntame como lo haces. El que te persiga y me gustes tanto.


Una vez me preguntaron como era mi Primavera en verano.
Y como quién no quiere la cosa, preguntaron como era yo en Primavera.


Yo soy Octubre.
Me llamaron bonita.
Desde entonces mi Primavera es en Octubre.
Y yo soy Primavera.

Es imposible no dejar de sonreir cuando estas entre medias.

Lo que ocurre es que el verano es más para quejarse,
a pesar de vivir más haciendo el amor.
Te quejas de lo bonito que son los días,
porque sabes, que algún día, nosabescuándoniquieressaberlo,
te encontraras en la parte más bonita del mundo. Solo.

Así que, por quejarte,
te quejas antes.

Yo lo llamo una forma de sobrevivir.

Pero aún queda tiempo.
Tiempo para seguir haciendo el amor.

Luegoyaseveráloqueocurreconeltiempo.


Como siga así,
nuestras vidas se rizaran a la vez.

sábado, 8 de agosto de 2009

Tu cama, contigo.

Echo de menos tu habitación.

Las horas de ensueño,

el sexo encima del otro,

y a tu cama, sobretodoatucama.

No. Lo que de verdad echaría de menos sería tenerte en esa cama.

(yencualquierotra).
Es que, no sé si aún te lo he dicho
(a escondidas seguro que sí),
pero todo es mejor si lo que hago, lo hago contigo.

Y verás, tengo un problema, y es que creo que me estoy enamorando de ti.
De ti y de tu sonrisa.
¿Le ponemos soluciones?

Como veas.

Al fin y al cabo, no es tan malo.
Supongo.

¡Contigo!



¿Qué me dices?
Cuéntamelo entre líneas,
y de vez en cuando de tu boca.
(¡que bonita tu boca!)
Y así, sin quererlo - como siempre -,

hacemos poesía

en servilletas de papel.



Y a lo tonto te hago poeta,

y tú con tu mirada me haces arte.
¿Qué sino me harías?

El amor, querido, el amor.

Eso siempre.